Tania es una mujer muy trabajadora, se levanta pronto por las mañanas, sale a correr, vuelve, se prepara para irse al trabajo. Cuando va en el coche escucha un poco las noticias, al llegar se compra un café con leche de soja y unas galletas de fibra integral que desayuna en su escritorio mientras revisa los primeros emails. Está muy ocupada durante la mañana.
Al mediodía sale a comer y pide una ensalada, mientras come revisa las redes sociales y las pseudo noticias y chismes de celebridades, junto a la comida se traga muchas otras calorías vacías que entran por los ojos. Vuelve al trabajo, para animarse se pone los auriculares y escucha su música preferida, esa de ritmo repetitivo y letras toscas. Termina la jornada y se va con algunas compis a tomar algo, durante éste rato, escucha las quejas de sus compañeras y los cotilleos de la oficina.
De regreso a casa, se prepara una cena ligera y enciende la tele, donde dan un programa cualquiera sobre gente que discute en un plató o en una isla desierta, acerca sí mismos. Se queda enganchada, se hace tarde y se va a dormir, antes de hacerlo vuelve a ver sus redes y ve un vídeo de su amiga Marta haciendo el tonto en una app, hace un comentario.
Al día siguiente repite más o menos lo mismo. Tania consume mayoritariamente información vacía para su creatividad. A veces piensa que su vida es muy aburrida y lo que necesita es salir de fiesta más a menudo y olvidarse de todo. Tania no se da cuenta que necesita ser selectiva con la información que consume, así como es selectiva con la comida.
Todo lo que entra por nuestros ojos y nuestros oídos es el combustible que alimenta nuestra mente y como el cuerpo, también necesita una dieta saludable y nutritiva. El fast food informativo está ahí y puede que sea muy entretenido pero no aporta absolutamente nada a nuestra salud creativa. Al contrario nos mantiene pesados y distraídos. La comida basura nos hace enfermar y subir de peso, la información basura nos seca la mente y la imaginación se pudre.
La creatividad necesita que la cuidemos con mimo y dedicación. Es nuestra principal aliada no importa a qué nos dediquemos, ser creativos nos ayudará a tener una vida mucho más conectada a la vivencia, será de gran ayuda ante los problemas, nos dará libertad de expresarnos con autenticidad y estar receptivos para conectar con el otro.
Llegados a éste punto, no puedo evitar preguntarte ¿Cómo alimentas tu creatividad?
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